Las agresiones machistas cometidas por menores crecen un 45% en dos años en Catalunya
El Periódico. De las 74 víctimas atendidas por Justicia Juvenil en 2016 se pasó a 107 el año pasado
Justícia ve «preocupante» el incremento, que atribuye al modelo social y a los roles de género
En tan solo dos años, Catalunya ha registrado un aumento del 45% en la atención de víctimas de violencia machista cometidas por menores de 14 a 17 años. Si en el 2016 hubo 74 víctimas de violencia de genero que fueron atendidas por el Servei de Mediació i Assessorament Tècinc la ‘consellería’ de Justícia, el 2018 cerró superando el centenar: 107. La mayoría fueron lesiones y maltrato psicológico. La Conselleria de Justícia se muestra «preocupada» ante este panorama y las entidades piden proyectos escolares a largo plazo que rompan estereotipos y se acerquen a los jóvenes.
Según los datos del Departament de Justícia a los que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, el año pasado se atendieron 34 casos de maltrato psicológico ejercido por un adolescente, 23 lesiones a mujeres con un menor implicado y 20 casos de violencia habitual, ya fuera física o verbal, en el seno de una pareja de menores. A estos casos cabe sumar seis de coacciones, 12 de amenazas graves, un delito de acoso sexual, uno de abuso y otro de agresión sexual. Si los comparamos con el 2017 y con el anterior, todos estas atenciones han subido. En el caso de la violencia en el seno de la pareja el aumento de víctimas fue del 100%, el de maltrato psicológico, del 40%. En cambio, no se detectó ningún secuestro ni hubo lesiones al feto, y las víctimas que reportaron incumplimiento de órden alejamiento cayeron a la mitad. De cinco en el 2016 se pasó a dos en el 2018.
Estos delitos se producen mayoritariamente en relaciones adolescentes. Sin embargo, la violencia también se ejerce en la calle o en espacios públicos contra mujeres que el agresor desconoce, a veces adultas. La ‘conselleria’ de Justícia ve el panorama con cierto temor. «Nos preocupan estos datos», apuntan fuentes de Justícia Juvenil, que dibujan algunas causas: «Las canciones que normalizan las agresiones sexuales y el control en la pareja, el modelo de masculinidad, el amor romántico, el ciberacoso 24 horas que escapa del control parental y la impunidad de los agresores como ‘la Manada’ no nos están ayudando». Desde el departamento hacen una lectura en clave de sociedad patriarcal, que sigue presente en los mensajes que reciben los jóvenes.
Justícia Juvenil ofrece apoyo psicológico a las víctimas, pero también atiende a los delincuentes. Un dato que también ha crecido. En el 2017, 43 menores autores de delitos de violencia de género fueron atendidos por técnicos de Justícia Juvenil. En el 2018 hubo 55. Todos ellos cumplen una medida judicial o esperan a ser juzgados en el medio abierto. «Trabajamos desde la lógica restaurativa, más allá de cumplir la pena debemos garantizar su reinserción. Romper con sus roles, su machismo y enseñarles a tener relaciones sanas: es una oportunidad para que aprendan a querer y evitar algo peor en el futuro«, explican fuentes de la conselleria. Aparte del seguimiento, muchos chicos ingresan en esplais o hacen trabajo comunitario. Y siempre que la víctima quiera, se intenta que el agresor le pida perdón a la cara.
Los adultos no lo ven
La Asociación IN VIA hace más de 20 años que atiende a mujeres víctimas de la violencia machista. Cada vez cuentan más jóvenes adolescentes entre sus servicios, aunque ven los datos de Justícia como la punta del iceberg. «La cifra negra es mucho mayor, hay centenares de jóvenes y adolescentes metidas en relaciones de riesgo y maltrato que no denuncian y ni tan solo lo explican a un adulto«, explica Cova Álvarez, psicóloga especializada en violencia de género y sexual de esta entidad. Los problemas no suelen llegar a los adultos hasta que «explotan». Con su experiencia, de más de 15 años trabajando con adolescentes, constata que «ni los profesores ni los padres» tienen herramientas para abordar la situación. A su entender hay una «carencia brutal» de espacios donde los adolescentes puedan plantear dudas y compartir sus problemas y sensaciones relacionados con la sexualidad, especialmente en el sistema educativo.
Problemas en el consentimiento, sobretodo
«No se trata de ir al instituto una vez al año, decirles que se tienen que poner el condón o hacerles una charla sobre el feminismo. Hay que trabajar con los adolescentes de forma constante, escuchar sus opiniones y hacer proyectos a largo plazo financiados por la administración. Hay niñas que saben perfectamente cómo se pone el condón y para que sirve, pero son incapaces de decirle a su pareja que se lo tiene que poner: trabajar el consentimiento y las relaciones sanas es clave«, señala Álvarez. Si esto se hace de pequeños, subraya, no habría ningún problema con el reguetón, la pornografía o las redes sociales. «El problema no son las canciones machistas o Instagram, el problema es que no estamos dando ningún modelo alternativo; este es el único que impera».
Más que manifestaciones
En concreto, un modelo donde el hombre tiene que mostrarse «poderoso, fuerte, sin sentimientos y que tiene las chicas a la palma de la mano». Los adolescentes en cuanto crecen, intentan asemejarse a ello para formar parte de la sociedad, señala la experta. «Tenemos que poder dar la capacidad a los chavales de decir no a estos roles y crear de nuevos con ellos. La lucha feminista se juega en los institutos, no solo yendo a manifestaciones».