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Las ‘armas’ de la violencia callejera: manuales en inglés y cursillos adaptados a la realidad de Barcelona

El Confidencial.- La plataforma ‘indepe’ Desobediència Civil lleva desde el 4 de febrero repartiendo manuales de «defensa civil» entre los activistas

Manuales de Hong Kong recién llegados del lejano Oriente y material didáctico elaborado en Cataluña sobre tácticas de guerrilla urbana, de fabricación casera de «elementos de autodefensa» y de utilización de «material de protección» son las principales armas que plataformas independentistas han estado repartiendo entre activistas desde hace dos semanas y algunas de cuyas tácticas han sido utilizadas en los violentos alborotos de esta semana en la capital catalana.

La plataforma ‘indepe’ Desobediència Civil lleva desde el 4 de febrero repartiendo manuales de «defensa civil» entre los activistas. El 15 de febrero, al día siguiente de las elecciones, anunció por las redes sociales: «Habiendo superado el 50% de los votos a favor de la independencia solo hay una lectura: ¿A qué esperamos para hacerla efectiva? Liberémonos». También reenvió un mensaje del grupúsculo Segona Onada (una derivada de Tsunami Democràic) que reivindicaba que «ahora que ya somos más del 50%, ya podemos decir que el único camino es el de la desobediencia y la confrontación con una España que nos quiere sumisos».

Además, lanzaba una proclama premonitoria: «Pablo Hasél es el ejemplo que nos hace falta. Demos apoyo a todas las compañeras que ya están a las puertas del rectorado de la Universidad de Lleida dándole apoyo. Animamos a todo el que pueda ayudar. Llevad agua, comida, ropa. ¡Preparaos para una noche larga!«. Horas después, los mossos entraban en el rectorado y llevaban al rapero a la cárcel.

El día 16, martes, cuando empezaron los alborotos, Desobediencia Civil distribuyó entre los activistas un manual de 85 páginas en inglés y birmano señalando: «Compartimos un primer borrador de manual que se está desarrollando en Hong Kong«. Ese documento contiene «tácticas, roles, materiales y mucho más». Recomendaba también guardar un enlace para seguir la evolución del documento. Era un material que no tuvieron tiempo de traducir ni de adaptar a las características de las protestas en Cataluña.

Y, finalmente, el día 17 comenzó a distribuir (por la vía de otra plataforma ‘hermana’) algunos enlaces de los cursillos de autodefensa que son de su cosecha propia y que están adaptados a las circunstancias de la lucha callejera o la guerrilla urbana en Barcelona: uno es el de las armas de autodefensa y el otro el de los elementos de protección del cuerpo de los manifestantes.

Otras plataformas como La Forja, esta de jóvenes vinculados a la CUP, también enviaron esquemas y «consejos antirrepresivos», entre ellos qué hacer ante una identificación o una detención, qué llevar encima y qué no llevar para evitar incriminarse. Además, La Forja distribuyó un cartel copiado de las técnicas de Hong Kong en el que muestra el equipamiento óptimo que debería llevar un manifestante, desde máscara respiratoria hasta suero para los ojos, paraguas contra las pelotas de goma, celofán enrollado alrededor de los brazos como protección, guantes ignífugos, casco, o conos de tráfico «para tapar los gases lacrimógenos». Este cartel ya fue utilizado como material didáctico en los últimos alborotos de la plaza de Urquinaona tras la sentencia del Supremo sobre los acusados de organizar el referéndum.

Desobediència Civil, sin embargo, es la que se lleva la palma en la distribución de manuales y la impartición de cursillos. Durante la pandemia, esta plataforma comenzó a impartir teoría y cursillos de guerrilla urbana a través de internet, con la vista puesta en la finalización del estado de alarma y el control, de nuevo, de las calles de Cataluña. Sus lecciones pasan por cómo controlar el territorio a través de tácticas colectivas, en grupo e individuales. Sus lecciones lo mismo versaban sobre cómo avanzar y hacer frente a las líneas policiales como sobre las técnicas para camuflarse en las manifestaciones, echando mano de trucos para no ser identificados. En octubre pasado, afirmaba que tenía a más 100 activistas «dispuestos a trabajar» para realizar «acciones proactivas» en favor del independentismo.

Pero, aparte de esas lecciones, los últimos acontecimientos provocaron que esta misma semana distribuyesen los dos cursillos más relacionados con la guerrilla urbana. Y distribuidos por la plataforma Telegraph. En el manual sobre los equipos de protección detalla el equipamiento de la policía (con elementos en la espalda, piernas, cabeza o manos) y la plataforma propone artículos al alcance de todos, pero para los manifestantes. Por ejemplo, «para proteger la cabeza se puede usar un casco de bicicleta, obra o motocicleta». Las gafas han de ser «de impacto. Gafas de obra que se pueden adquirir en cualquier ferretería o gafas de ventisca de esquí o de motocross». Los guantes pueden servir los de motocicleta o de algunos trabajos especializados.

La chaqueta ha de tener protecciones. «Una chaqueta de motocicleta con protecciones o una chaqueta de invierno con protecciones de espalda, brazos y una tortuga en la espalda». Otro aditamento que se puede utilizar, aseguran los manuales, es la tortuga deportiva o de motocicleta porque «nos protege la espalda contra golpes de porra o embestidas de las ‘lecheras'». Los jerseys, por su parte, han de ir con ‘buff’ o con capucha. «Permite no ser vulnerables para identificaciones posteriores con acusaciones falsas». Los pantalones son los denominados tácticos: «Pantalones con protecciones antirruptura, como de caza, bomberos o de montaña son ágiles y evitan roturas en medio de una movilización».

Para las piernas se recomiendan rodilleras y protectores de pierna y de tibia «para protegerse de golpes de porra o de caídas». Las botas son también ‘tácticas’. «En movilizaciones son comunes las torceduras de tobillo o que te pisen. Protegiendo esta parte vulnerable del cuerpo nos ayudará a mantener posiciones».

Por último, los manuales recomiendan también llevar escudos. «Desmontar señales de tráfico, tapas de cubos de basura, maderas cortadas con asas, paneles de metacrilato con asas, maletas desmontadas, así como puertas de cuadros eléctricos de la calle nos pueden servir de protección contra el abuso policial». Recuerda el manual que «el equipamiento de autoprotección no deja de ser una medida de seguridad personal necesaria para aquellas personas de primera línea o que participan en acción directa a la vanguardia del movimiento, evitando así el máximo número de bajas o de inhabilitación de las personas participantes en las acciones».

En cuanto a los elementos de autodefensa, se encuentran las barricadas, porras caseras para enfrentarse a los agentes, lanzaobjetos diversos, como un cañón acústico artesanal, bengalas o petardos, tal y como informó El Confidencial este viernes.

Esta plataforma considera que el pacifismo «es una patología del independentismo» y que «querer vivir en paz no quiere decir ser pacifista». Y afirma que aunque el pacifismo ha hecho que mucha gente abrazase el ‘procés’ independentista, «es a la vez uno de los techos de cristal del independentismo para autodeterminarse del Estado autoritario español». Afirman desde esa plataforma que «nos hemos equivocado, como movimiento de liberación nacional, al creernos el discurso de que haciendo las cosas que gusten al máximo de gente de repente nos convertiremos en un Estado independiente (…) Eso no pasará hasta que efectuemos un golpe de fuerza sostenido que obligue a los poderes estatales e internacionales a reconocernos como Estado independiente».

Recuerdan, en este sentido, que fue esta plataforma la que acuñó la frase de la «confrontación inteligente con el Estado español» antes de que fuese popularizada por Carles Puigdemont como línea estratégica de su hoja de ruta en verano pasado

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