Las futbolistas claman contra la discriminación y la violencia machista: «Es denigrante e inadmisible»
La Voz de Galicia.- Futbolistas gallegas de todas las categorías evocan episodios discriminatorios y condenan los insultos machistas a la niña de 9 años en Laxe
Tolerancia cero con los insultos machistas en el fútbol gallego. El bochornoso episodio que vivió una niña de tan solo nueve años de edad en el transcurso del partido de alevines de fútbol 8 correspondiente a la Primera Galicia (grupo A Costa) entre el Laxe y el Buño ha suscitado la más enérgica condena por parte de las futbolistas más representativas del balompié gallego en todas las categorías. Estos son algunos de los testimonios:
Mari Paz Vilas
«Queda mucho por hacer, pero las niñas no tendrían que vivir esto». La jugadora del Valencia asegura que no tiene ningún mal recuerdo relacionado con los insultos machistas, aunque confiesa: «Imagino que habría mil comentarios, pero yo era una niña que era feliz jugando al fútbol». «Lo que le ha pasado a esta joven jugadora del Laxe me parece verdaderamente lamentable a día de hoy, con todo lo que ha evolucionado el deporte femenino y la lucha que se está dando por la igualdad», reflexiona. Añade que «queda mucho por hacer, pero las niñas no tendrían que vivir esto». «Mucho hemos luchado nosotras para que ellas sean felices haciendo lo que más les gusta», recuerda.
Carmela Barro
«Nunca tuve problemas con los niños, pero sí oí comentarios de los padres». Carmela Barro, que militó en Segunda nacional con el Deportivo, jugó en el Racing de Ferrol de los 4 a los 12 años en equipos mixtos. Y le parece increíble que la jugadora alevín del Laxe escuchase los insultos «bochornosos» por parte de alguna madre del Buño. «El fútbol y el deporte están para educar, y aunque puedas escuchar algún comentario que no viene a cuento, parece increíble que esto haya sucedido en pleno siglo XXI. No se pueden permitir estas cosas», indica la jugadora ferrolana, de 20 años.
Durante los ocho años que participó en equipos mixtos sí escuchó algún comentario en la grada, no dirigido directamente a ella. «Mil veces oí a algún padre decirle a su hijo ‘’¿pero cómo te puede quitar el balón una niña?’’. Eso sí sucedía. A continuación, el niño es fácil que vaya y te haga una entrada dura por eso. Pero nunca tuve problemas con los niños», razona Carmela Barro, que ahora estudia un grado de Física y Matemáticas becada como futbolista en la Oakland University, en el estado de Michigan.
«Yo dejé de jugar en equipos mixtos con niños, entre otros motivos, por esos comentarios de los padres», recuerda Carmela Barro. «A medida que crecía, los padres se creían que tenían una estrella en casa y les molestaba más que una niña les hiciese frente», añade.
Vicky Vázquez
«Cuando éramos pequeñas sí que oías comentarios». La jugadora del Sárdoma y seleccionadora gallega sub-12 es contundente: «La palabra para definir unos hechos como estos es denigrante. Nadie se merece que le insulten y además que esos insultos vengan por parte de mujeres es increíble. Me parece inadmisible».
A pesar de que asegura que a ella nunca le sucedió algo similar, Vicky Vázquez sí fue testigo de insultos machistas hacia árbitras durante el desarrollo de los encuentros. «O querer dar balones diferentes a las chicas y a los chicos cuando estamos jugando al mismo deporte», añade. «Cuando éramos pequeñas, y salvo las chicas que jugábamos al fútbol, sí que oías algunos comentarios también», abunda.
Nati de Francisco
«Si se trata de madres, es aún más denigrante». La futbolista del Matamá y entrenadora de la base del Celta tampoco tuvo que sufrir una situación como la que vivió la joven jugadora del Laxe. «Pero ahora veo que está a la orden del día, y si se trata de madres es aún más denigrante, si cabe. Me parece que es dar pasos hacia atrás y que así nunca va a haber la igualdad que queremos. Es una cuestión de educación, de enseñar respeto a todo el mundo. No es normal ni lógico que pasen cosas así», analiza con decepción.
«En estas situaciones, el árbitro debería haber parado el partido y expulsar a esas personas del campo para que no vuelvan a entrar nunca más. Seguro que esa niña no querrá volver a jugar al fútbol. Así, a cualquiera se le quitan las ganas. Sí que conozco jugadoras que sufrieron insultos o discriminación y han seguido con sus carreras. Para mí son pequeñas heroínas», asegura Nati de Francisco.
MÍRIAM RÍOS
«El pilar fundamental de la educación en valores es la familia, donde tiene que empezar el cambio»
La integrante del Dépor Míriam Ríos pide acción contra los insultos machistas. «Si es cierto que se han producido estos insultos, creo que se debería de actuar lo antes posible y con contundencia. No se pueden permitir estas situaciones, tanto para niñas como niños, y menos en edades formativas», afirma sin dudarlo.
«En mi caso, cuando era pequeña en el barrio sí había comentarios del tipo ‘marimacho’ o ‘cómprate una muñeca’… Ya dentro de un equipo de forma federada (entonces, el Deportivo Ciudad), en el que todos eran niños menos una compañera y yo, nunca escuché insultos de este tipo», recuerda Míriam. «Mi centro de atención era jugar al fútbol; y con compañeros y rivales siempre me sentí cómoda y totalmente integrada. En este sentido tuvimos mucha suerte», matiza.
Con todo, vuelve a repetir que es un comportamiento demasiado habitual. «Sí me toca, ya más de cerca, este tipo de frases siendo adolescente y arbitrando. ‘Vete a fregar’, ‘prueba a coser’, ‘no tienes ni p… idea’, ‘mujer tenías que ser’, son algunas de las frases que he tenido que escuchar», explica la jugadora del Deportivo.
«Sobre todo en categorías de fútbol base, donde los niños y niñas son esponjas y aprenden por imitación. El principal problema es la falta de educación en valores que tienen sobre todo los padres y madres, el deseo por ganar a toda costa, los estereotipos de la sociedad, la vergüenza de que una niña que se supone que es débil le gana a mi hijo, porque mi hijo es siempre el mejor. ¿Qué hará esta generación de niños y niñas en el futuro si ven que estas situaciones pasan desapercibidas y no se les da importancia ni se les pone remedio? El pilar fundamental de la educación y la educación en valores es la familia, es donde tiene que empezar el cambio», concluye.
Información elaborada por Míriam Vázquez Fraga, Iván Antelo y Pablo Gómez