Llega la primera generación de jubilados con discapacidad intelectual, «punta de lanza para ver los defectos de la ley»
20 Minutos.- Poder llegar a la jubilación es todo un hito para las personas con discapacidad intelectual. La primera generación de estos pioneros ya lo están empezando a alcanzar debido, según la Fundación Down Madrid, al aumento de la esperanza de vida y a la incorporación al mercado de trabajo desde hace dos décadas. Una incorporación aún muy limitada, ya que aunque la situación ha ido mejorando paulatinamente, según el Observatorio sobre Discapacidad y Mercado de Trabajo en España solamente un 20,2% del colectivo tiene empleo.
Una de estas pioneras va a ser Nuria García Rollán, que alcanzará la jubilación con 56 años tras haber tocado muchos sectores y trabajado como guía de museos y en la Down Madrid como administrativa desde 1992. Una mujer inquieta a la que seguro no le va a costar encontrar a qué dedicar su tiempo cuando se jubile dentro de cinco años. Nuria ha colaborado en programas de radio, ganado concursos de poesía y participó en Uno más, uno menos, film nominado al Premio Goya al mejor cortometraje de ficción en 2002.
El camino de Nuria ha sido largo, provechoso y lleno de valentía. Nada la detuvo en su búsqueda de empleo y, ahora que su viaje laboral está cerca de terminar, quiere pasar el relevo generacional: «A la gente como yo, que quiera trabajar, les quiero dar mucho ánimo y les recomiendo que llamen a la fundación porque les van a ayudar. Todo es aprender, todo se puede«.
Para Nuria la inserción en la vida laboral significó mejorar su vida social e integración. Ahora que ese periodo se termina, se plantea una incertidumbre que provoca a Nuria no querer alejarse del trabajo. «Por una parte me da pena dejar de trabajar y por otra parte no lo sé, no he planeado qué voy a hacer cuando esté jubilada. Me gustaría seguir en la Fundación Down Madrid en la que trabajo, aunque sea de voluntaria porque tengo muchos amigos allí», comenta.
«Llegar a la jubilación es muy gratificante. Estoy orgullosa de todas las cosas que he hecho, porque he conseguido mucho», cuenta Nuria a 20minutos. Unos sentimientos de alegría a los que se suma la confusión respecto a los términos y condiciones del cese de la vida laboral; «Unos me dicen unas cosas y otros otras», comenta.
Jubilarse es un paso importante para todos, pero para este colectivo puede resultar un tanto agridulce. «Es un choque emocional importante para todo el mundo, pero para este colectivo en especial. La diferencia es que para ellos es más difícil participar en otras cosas, es importante la inclusión», comenta el coordinador del área de Vida Adulta y Envejecimiento Activo de Down Madrid, Jorge González, a 20Minutos. Comprende que para Nuria alejarse del trabajo supone distanciarse de muchas buenas dinámicas. «El reto es que el parón laboral no suponga un parón de participación en otro tipo de actividades. Necesitan vida activa y participación social. La jubilación significa casi un duelo».
González considera que esta primera generación de jubilados con discapacidad intelectual tiene un doble cometido. Por una parte, servirá de «punta de lanza para ver qué necesidades, mejoras y defectos hay en la ley», y por otro lado será un enorme ejemplo e inspiración para todas las personas jóvenes del colectivo. «Que vean que se puede, ya está mucho más normalizado. Las personas con discapacidad ya pueden cerrar el ciclo».
15 años de cotización y jubilación anticipada
Para solventar las dudas de esta primera generación de jubilados, la Fundación Down Madrid ha lanzado una guía sobre jubilación contributiva de personas con discapacidad intelectual, elaborada por la Comisión de Vida Adulta y Envejecimiento de la entidad con el apoyo de Fundación ONCE. El documento, al que presta su imagen Nuria, pretende aclarar todas las confusiones en materia legal y administrativa que puedan tener las personas con discapacidad y sus familias a la hora de tramitar y planificar la jubilación.
La guía contesta a las preguntas más frecuentes acerca de las condiciones a cumplir por las personas con esta característica. El trabajador o trabajadora, igual que las personas sin discapacidad, debe haber cotizado un mínimo de 15 años en jornada completa o parcial a la Seguridad Social. Para trabajadores con diversidad funcional, la edad mínima de acceso a la jubilación (65 y años y 10 meses) puede anticiparse justificando el grado, igual o superior al 45%, y el tipo de discapacidad.
Gracias a esta reducción, las personas con un nivel de discapacidad durante el tiempo trabajado de al menos el 45% pueden ver su edad de jubilación reducida hasta los 56 años, como es el caso de Nuria. Si el porcentaje de discapacidad es igual o superior al 65%, dicha edad se podría recortar hasta los 52 años.
Sin embargo, para el experto Jorge González esta medida debería afinarse más ya que la esperanza de vida de las personas con Síndrome de Down es de entre 60 y 65 años. «Según las medidas vigentes, la mayoría de los casos que hemos estudiado se podrían jubilar con 56 años, lo que significa que tendrían sobre 4 años o 5 para disfrutar la jubilación. Quizás se debería posibilitar la opción de retirarse a los 52 años como término general», comenta.
Otra medida importante que a ojos del experto sería interesante estudiar es la creación o refuerzo de servicios que sigan apoyando la inclusión en estas etapas. Como Nuria, muchas personas pueden sentir una desconexión profunda al abandonar el puesto de trabajo, por lo que es importante «que se articulen servicios que promocionen la vida activa, social y de voluntariado para discapacitados jubilados».