Los españoles, entre los que más insultan y hacen gestos sexistas en la calle
El Pais.- El acoso sexual en España es más de carácter verbal que físico, según una encuesta realizada en cinco países europeos y en EE UU
Los hombres españoles todavía tienen mucho que aprender en materia de respeto a las mujeres. Una encuesta realizada en cinco países europeos —Alemania, España, Francia, Italia y Reino Unido— y en Estados Unidos pone a España a la cabeza absoluta en materia de comportamiento “irrespetuoso” e insultos sexistas o sexuales lanzados contra mujeres en las calles españolas, aunque a la hora de pasar a la agresión física están en la media europea e incluso por debajo. El 92% de las españolas dice haber sufrido algún tipo de agresión verbal o física de carácter sexual en algún momento de su vida. Las cifras de mujeres víctimas de estos comportamientos en los últimos 12 meses han bajado, sin embargo, significativamente. Una señal, según los expertos, de que el movimiento feminista de denuncia #MeToo podría estar teniendo efecto. Y no es solo un fenómeno español.
“Se ha producido un desbloqueo de la palabra sobre esta materia, hay una mayor toma de conciencia de lo que es admisible y no en el espacio público para las mujeres”, explica a EL PAÍS François Kraus, director de política del Instituto Ifop y responsable de la encuesta realizada a más de 6.000 mujeres en Europa y EE UU para la Fundación Jean Jaurès y la Fundación Europea de Estudios Progresistas. La encuesta se ha presentado este lunes en París. El sondeo, el primero realizado sobre la materia entre estos países, no pretende ser un estudio exhaustivo, sino una “primera fotografía” de la situación en momentos en que el acoso sexual en la calle es cada vez más debatido y hasta penalizado en países como Francia, donde este verano se aprobó una ley que multa estos comportamientos.
Las españolas son las mujeres que más sufren los silbidos sexistas cuando caminan por la calle: un 86% de las 1.007 españolas mayores de 18 años encuestadas para el estudio han padecido este acoso a lo largo de su vida. En comparación, la media europea está en 65%, y en EE UU es del 70%. Los españoles también son los que más “miradas insistentes” lanzan a las mujeres en la calle, un 76% frente al 62% de media europea. Y son los reyes, asimismo, de los gestos groseros con connotación sexual: un 50% de las mujeres consultadas dicen haberlos sufrido en España, frente al 36% de las europeas. Aunque las cifras han caído sensiblemente en los últimos 12 meses (23% en el caso de los silbidos; 8% en el de los gestos groseros), siguen estando bastante por encima de la media europea.
Las cifras españolas en materia de agresiones físicas o incluso violaciones son más parecidas a las de otros países o, en los casos más graves, incluso más bajas. Así, mientras la media europea de mujeres que dicen haber sufrido manoseos o tocamientos sexuales no consentidos (como tocar el trasero) es del 34%, en España son el 28% las que se quejan de este tipo de agresiones sexuales en el espacio público. Cuando se trata de una violación, la diferencia es aún mayor: 7% en España frente a 10% de media europea o 20% en EE UU.
“Lo que es relativamente tranquilizador es que ese clima sexista en España no se traduce en actos de violencia física más altos que en otros países. El sexismo de calle contra las mujeres españolas es sobre todo de forma verbal”, resume Kraus, que señala que el estudio no recoge el impacto de casos particulares en los países como fue el de La Manada en España.
En cualquier caso, en todos los países, las mujeres jóvenes son las más afectadas por esta conducta sexista. Por ejemplo, la cifra de españolas menores de 25 años que dijeron haber escuchado silbidos por la calle en los últimos 12 meses es del 63%, cuando la media total en el último año en España es del 23%. Una tendencia, según Kraus, que se repite en todos los países analizados porque hay “una mayor vulnerabilidad al comienzo de la edad adulta”. Pero también es una cuestión “estructural”, porque son los y las jóvenes los que hacen un mayor uso del espacio público, lo que a su vez les hace más susceptibles a este acoso.
Pese a que un silbido o insulto en la calle es menos grave que una agresión física, este acoso sexual tiene efectos importantes en la libertad de las mujeres porque “limita su movilidad en el espacio público”, subraya Kraus. Cualquier acoso sexual en la calle —y en España el 44% de las mujeres dice haber sido abordada de forma insistente sin su consentimiento y el 40% se ha sentido seguida durante una parte de su trayecto— “constituye una traba importante a la movilidad de las mujeres, a las que se dificulta participar plenamente en un espacio público que queda acaparado por los hombres”, alertó.