Los expertos alertan: habrá un aumento de hijos asesinados
Preocupación ante el terrorismo machista Gobierno, psicólogos y ex delegados de violencia de género no descartan que haya más casos en el futuro y denuncian que cada vez más hombres amenazan a las madres con matar a sus pequeños.
ABC.- Tras la semana horrible que hemos tenido con cinco casos de violencia de género con tres mujeres y dos niñas asesinadas, cada vez son más las voces que claman ¡basta ya! Si ayer lo hacían las madres huérfanas de hijos a través de este periódico, ahora son los expertos los que alertan de esta situación. Y es que «aunque los menores son considerados víctimas de la violencia de género desde la aprobación de la Ley de Infancia y Adolescencia en 2015, las medidas que se les aplican son únicamente las que se asignan a las madres aún no se tiene suficientemente en cuenta el peligro que supone para un menor convivir con un padre maltratador», explican desde Save the Children.
En lo que va de año, tres menores han sido asesinados a manos de su padre o ex pareja de la madres. Uno de ellos en Almería, y los otros dos se produjeron el pasado martes en Castellón, donde un hombre de 48 años mató a sus dos hijas, de dos y seis años. Un número escalofriante al que hay que sumar otros dos casos más en investigación, según los datos del Ministerio de Sanidad. En concreto, la muerte de otros dos menores en Tenerife.
«Este año hay más menores que el pasado», manifestó ayer en declaraciones a Europa Press la delegada del Gobierno para la Violencia de Género, Pilar Llop, que ha tachado el dato de «escalofriante». No obstante, los datos de Sanidad afirman que este año hay tres y en 2017 a estas alturas, seis. Un baile de cifras que no acaba ahí, porque desde otras asociaciones, como la Federación de Mujeres Separadas y Divorciadas, elevan los niños asesinados por el terrorismo machista a siete. En cualquier caso, según todos los expertos consultados, esta estadística no hay que mirarla de un año a otro, sino en conjunto. Y en conjunto, todos los expertos consultados aseguran que estas muertes han aumentado desde el caso Bretón.
Oficialmente, desde que se tienen estadísticas –2013– hasta hoy, ya son 27 (más dos en investigación) los menores asesinados por la violencia machista contra las madres. Es decir, 4,5 (o 4,8) niños cada año. Una cifra escalofriante. «El asesinato de menores por la violencia de género ha ido en aumento. Aún no tenemos suficientes datos para saber si en un futuro también se incrementará, pero no se descarta», afirma Miguel Lorente, ex delegado del Gobierno contra la Violencia de Género y director de la Unidad de Igualdad de la Universidad de Granada. De lo que no hay duda es que «están aumentando las amenazas que los maltratadores hacen a las madres sobre asesinar a los niños», añade. Prueba de ello es que la madre de las menores asesinadas esta semana había denuncia que Ricardo la amenazó con que se despidiera de las niñas.
Un dato que llama la atención, ya que «llevamos cinco años con la Ley de Violencia de Género en marcha». Es decir, «hay más información y más formación, por eso los machistas se tienen atacados, lo que hace que haya un clima más violento con más casos de violencia de género y un aumento de muerte de menores».
Para Ana María del Campo, vocal del Observatorio Estatal de Violencia de Género y directora gerente del Centro para la Recuperación Integral de Mujeres Maltratadas, no tiene dudas. «Está aumentando el número de menores asesinados por los reproductores de la especie, porque no son padres los que ejercen la violencia». «Siempre ha habido asesinato de hijos, pero ahora más».
«Han cogido a los menores como cabeza de turco para dañar a las madres, porque es lo más importante para nosotros. Me gustaría equivocarme, peroel número de menores asesinados, va a ir a más, salvo que se pongan medidas, algunas de ellas ya recogidas en el Pacto de Estado», explica Lourdes Hernández, presidenta del Foro de Madrid contra la Violencia a las Mujeres.
«Esta barbaridad va en aumento. Numéricamente, quizás no de forma exponencial, pero estadísticamente sí hay un aumento significativo. Hay niños viviendo en hogares donde se produce el maltrato que se preguntan angustiosamente si eso mismo les puede acontecer a ellos», explica Javier Urra, psicólogo y ex Defensor del Menor. «Desde Bretón, el mal ejemplo ha cundido. Quizá por el eco mediático, pero esa siembra cae sólo en mentes egoístas y narcisistas que ponen su yo por delante de todo», añade.
Para Del Campo no se trata del eco de estos casos en la prensa. De hecho, defiende que se cuenten. «El problema es que las mujeres han denunciado y no se las ha hecho caso. Han pedido auxilio y no se les ha ayudado, tal y como se ha visto esta semana». Lo mismo que denuncia Gloria Vázquez, presidenta de la Asociación Ve-la-luz: «Llevamos años peleando para que se corte el vínculo total con los menors cuando hay indicios de violencia y no se hace».
Por eso, Del Campo urge a «introducir las reformas legales pertinentes para que los operadores judiciales tengan que asumir la responsabilidad que les atañe, cuando se producen daños irreparables por la negación de protección y crédito a las víctimas de la violencia sexista. Es decir, una ley que contemple responsabilidades por el mal hacer de los magistrados en estos casos». Y segundo, «resulta clave que los jueces dejen también de no dar crédito a las mujeres. Ese mito de las denuncias falsas sigue vivo, y eso que el propio Consejo General de Poder Jucidial concluyó que sólo el 0,01% de las denuncias de mujeres por violencia de género eran falsas», añade. Es precisamente ese mito «uno de los argumentos de los machistas, aludiendo que las mujeres interponen denuncias falsas para quedarse con los hijos, con la casa, con la paga… tratando a los niños como si fueran una diana», afirma Lorente. Para este experto, la clave está en «evitar que el agresor construya esa idea de posesión, »yo voy a asesinar lo que más quieres» y para ello urge detectar antes los casos». ¿Cómo? «Con el desarrollo de toda una estrategia de detección en centros médicos. En la actualidad, el cribado en Sanidad está recogido aunque no de manera articulada. Hay que hacer un cribado universal a toda mujer que vaya a urgencias en más de una ocasión para saber si sufre violencia de género o no. Así como un protocolo en pediatría y en las escuelas para detectar esta violencia en menores», explica este experto. Además, «hay que realizar una valoración del riesgo urgente con gente especializada. Es decir, no solo por policías, sino por equipos forenses». Analizar el riesgo sobre la víctima, sobre el agresor y sobre los menores para poder valorar de forma más real el riesgo existente. Porque de lo que no hay duda es que «ya en 2011 había 840.000 menores (el 10%) viviendo en casas donde había maltrato. Y hoy, hay más», concluye Lorente.
Por eso, desde Save the Children, reclaman «medidas específicas que protejan a los niños y niñas mediante la suspensión de visitas del padre agresor, en el caso de que los padres estén separados, así como la suspensión de la guarda y custodia de los padres agresores desde que se tiene conocimiento del caso». «La Ley de protección integral frente a la violencia contra la infancia ha de ser una realidad cuanto antes», añaden.