La Vanguardia.- Quieren beneficiarse de un decreto de 1999 en el que se indemnizaba a víctimas de expolios por una ley antisemita decretada por el gobierno de Petain
Ochenta años después de los hechos, los gitanos perseguidos en Francia por el régimen de Vichy, durante la ocupación alemana, todavía esperan ser indemnizados. El asunto está ahora en manos del Consejo de Estado, órgano consultor del Gobierno y máximo tribunal administrativo del país, creado por Napoleón Bonaparte en 1799.
Dos asociaciones decidieron acudir al Consejo de Estado después de que el presidente Emmanuel Macron no contestara a su demanda, enviada en octubre pasado. El objetivo es que se modifique un decreto de 1999 por el que se creaba una comisión para indemnizar a las víctimas de expolios perpetrados en virtud de las leyes antisemitas adoptadas por el gobierno de Pétain, colaboracionista con los nazis, durante la II Guerra Mundial. Se exige que se amplíe la posibilidad de indemnización a los gitanos supervivientes y a los descendientes.
En la audiencia celebrada anteayer en París, que apenas tuvo repercusión, estuvo presente una superviviente, Théodore, de 88 años, internada con su familia entre 1941 y 1946, según Le Monde . También acudieron cinco hijos de gitanos que sufrieron el mismo destino.
Francia tardó mucho en admitir abiertamente la responsabilidad del régimen de Vichy en la persecución de los judíos. Lo hizo el presidente Jacques Chirac, el 16 de julio de 1995, en su célebre discurso de Vel d’Hiv (Velódromo de Invierno), 53 años después de la detención masiva de judíos –unos 13.000–, que fueron llevados al velódromo antes de ser deportados. Muchos de ellos murieron en los campos de exterminio.
El socialista François Mitterrand siempre se negó a pedir perdón en nombre de Francia porque consideraba que se trató del crimen de otro régimen. El conservador Chirac sí lo hizo. “Francia, patria de las luces y de los derechos del hombre, tierra de acogida y asilo, Francia, ese día, cometió lo irreparable –dijo–. Mantenemos hacia ellos una deuda que no prescribe”. Los gitanos , sin embargo, aún esperan que esta deuda se salde.
El 6 de abril de 1940, antes incluso de la invasión de las tropas hitlerianas, un decreto prohibió el tránsito de población nómada sobre todo el territorio francés. El 4 de octubre del mismo año, con Francia ya ocupada, se ordenó el internamiento de los “nómadas”, un término que incluía a los gitanos y otras categorías de personas sin domicilio fijo, como los artistas de feria. Se calcula que unos 6.500 gitanos fueron detenidos, aproximadamente la mitad de los que vivían en Francia. Una parte de ellos acabaron deportados en campos de concentración y perdieron todos sus bienes.