Los sanitarios valencianos detectaron más de 4.000 casos de violencia en la infancia entre 2017 y 2019
Diario.es.- Las notificaciones han ido aumentando progresivamente cada año, a mayoría de las víctimas son niñas y el 40% del total de los casos son menores de cinco años
Los profesionales de Pediatría, Enfermería y Trabajo Social de centros de salud y hospitales valencianos han aflorado más de 4.000 casos de violencia en la infancia entre 2017 y 2019. Las notificaciones anuales han ido aumentando progresivamente hasta alcanzar las 1.528 en 2019.
En los casos de violencia contra menores de un año, es habitual encontrar a padres y madres jóvenes, inmaduros e inmersos en una situación económica precaria que desatienden o no atienden convenientemente a sus bebés (62,8% de notificaciones). La falta de cuidados en heridas o hematomas representa el 15,4% de casos; el maltrato físico, el 12% y el 4,7% restante son casos de tipo sexual.
Las personas expertas advierten de un predominio global como víctimas de las niñas (56%) respecto de los niños. Por edades, se observa que la preponderancia de las menores se da a partir de los 10 años y que la diferencia es más acusada en el grupo de 15-17 años.
El predominio femenino se repite en los intentos de suicidio, siendo en más del 70% de los casos niñas de 10 a 14 años.
«El papel de los/as profesionales de Pediatría, Enfermería y Trabajo Social en la prevención de la violencia y en la protección de los/las menores es encomiable porque la violencia contra la infancia supone un grave problema que afecta a su salud física y psicológica a corto y a largo plazo, y que puede incluso comprometer su propia vida», indica la consellera de Sanidad Universal y Salud Pública, Ana Barceló.
Ansiedad, trastornos de la conducta alimentaria o consumo de drogas
Las personas expertas han constatado que la violencia contra la infancia aumenta el riesgo de ansiedad o depresión, agresividad, intentos de suicidio, estrés postraumático, trastornos de la conducta alimentaria, conducta sexual de riesgo o problemas de consumo de alcohol o drogas. También incrementa el riesgo de obesidad y afecta al riesgo escolar y a los logros académicos.
La exposición a la violencia de género en el ámbito doméstico también se ha demostrado causante de efectos negativos en la infancia, cualquiera que sea la edad de los niños y de las niñas que la padecen. Se asocia con retraso en el crecimiento, alteraciones en el sueño y la alimentación, disminución de habilidades motoras, etc. así como con graves alteraciones emocionales (ansiedad, ira, depresión, baja autoestima, trastorno de estrés postraumático, etc.) y ciertos problemas cognitivos (retraso en el lenguaje, afectación en el rendimiento escolar), numerosos problemas de conducta (escasas habilidades sociales, agresividad, déficit de atención-hiperactividad, inmadurez, agresividad, delincuencia, tóxico dependencias).
La estrategia desde el ámbito sanitario para prevenir y aflorar la violencia en la infancia se cimenta sobre medidas de apoyo a la crianza, junto con estrategias específicas en familias vulnerables de forma coordinada con otros ámbitos (social, educativo, etc.).
La notificación de casos se vehicula, desde 2006, a través de la ‘Hoja de notificación para la atención sociosanitaria infantil y la protección de menores’, documento oficial para informar de situaciones de sospecha o evidencia de riesgo sociosanitario o de maltrato en menores de 18 años desde el ámbito sanitario.