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Más de 216.000 menores fueron víctimas de abusos sexuales en la Iglesia en Francia desde 1950

El Mundo.- El presidente de los obispos de Francia pide «perdón» y siente «vergüenza». «La voz de las víctimas nos trastorna, su número nos abruma» declaró Eric de Moulins Beaufort.

«Vergüenza», «espanto» y «perdón». Palabras clave pronunciadas por el presidente de los obispos de Francia tras recibir el informe de la Comisión Independiente sobre los abusos sexuales en la Iglesia (CIASE), que estima que 216.000 menores fueron víctimas de los abusos sexuales de entre 2.900 a 3.200 curas. «La voz de las víctimas nos trastorna, su número nos abruma» declaró Eric de Moulins Beaufort, mientras que el Papa Francisco manifestó su «inmenso dolor».

La Conferencia Episcopal y la Conferencia de Religiosos de Francia encargaron (y han financiado los tres millones de coste) un informe exhaustivo de todos los abusos desde 1950. Una especie de confesión general. Un paso doloroso para acabar de una vez con el goteo de casos de pederastia y superar las acusaciones de silencio cómplice.

Se lo encomendaron a Jean Marc Sauvé, 72 años, ex vicepresidente del Consejo de Estado, profesional intachable y católico declarado. Tuvo las manos libres para formar una comisión de 21 expertos en psiquiatría, sociología, medicina o derecho, todos laicos. En 32 meses ha recopilado «no toda la verdad pero sí bastante verdad» para hacer un informe de casi 500 páginas, más 2500 de anexos.

Lo entregó, en un acto sobrio retransmitido en directo por el canal de tv De la Iglesia K-to, al presidente de los obispos, y a Véronique Margron, presidenta de las religiosas. El informe y los extensos anexos, son un pesado fardo, literal y simbólicamente.

La Comisión ha podido escuchar «el sufrimiento, el aislamiento, la culpabilidad sentidas por las víctimas» convertidas en testigos de cargo, dijo Sauvé con gravedad. Dio largas audiencias a 243 víctimas y leyó 2819 correos con testimonios sobre los que cimentó una base de 1628 casos concretos de abusos. Esencial pero incompleto.

Para establecer la dimensión real del abuso encargó un estudio al Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica sobre la base de un sondeo del IFOP realizado con una muestra de 28.000 personas. Según éste, 5,5 millones de franceses menores sufrieron abusos antes de cumplir los 18 años. La mitad de los agresores eran miembros o amigos de la propia familia del abusado. Las víctimas de abusos a cargo de miembros de la Iglesia supondrían el 4%, muy superior a las que los sufren en las escuelas públicas, colonias de vacaciones, clubs deportivos etc.

A partir del estudio, la Comisión estima que 216.000 personas menores de 18 años han sufrido abusos sexuales a cargo de clérigos. Si se suman las víctimas a manos de laicos al servicio de la Iglesia se alcanza la cifra de 330.000. Rangos de error +/- 50.000. Escalofriante, en todo caso.

Cruzando todas las fuentes disponibles, la Comisión estima que ha habido entre 2.900 y 3.900 clérigos predadores en 70 años. Entre el 2,5 y el 2,8% de sacerdotes en ejercicio, 115.500 en ese periodo de 1950 a 2020. El número de curas autores de abusos sexuales a menores de edad de 2018 a 2020, hecho público por la Conferencia Episcopal, es de 35 que, sobre 13.000 curas en ejercicio, supone un 0,26%. Más de la mitad de las agresiones se produjeron antes de 1970.

Un 80% de las víctimas de los eclesiásticos fueron chicos entre 10 y 13 años, una diferencia con el resto de la sociedad donde las víctimas son femeninas en un 75% de los casos.

ABUSOS DE «CARÁCTER SISTÉMICO»

El presidente de la Comisión denunció, además, «los silencios» de la Iglesia ante actos que tienen «carácter sistémico». «Hasta comienzo de los 2.000 [la Iglesia] manifestó una indiferencia profunda, cruel, hacia las víctimas que (…) no fueron creídas ni escuchadas».

Sauvé pidió a la Iglesia francesa «una reparación» financiera a todas las víctimas de sus abusos y precisó que esa indemnización no sea considerada «un don» sino algo «debido». El episcopado galo adoptó la pasada primavera un sistema de «contribuciones» para víctimas y apeló a sus fiables a contribuir con donativos.

Obispos y órdenes religiosas reunirán en noviembre sus asambleas plenarias para adoptar sus respuestas oficiales. Sus presidentes hablaron ya ayer. Moulins Beaufort expresó «su deseo de pedir perdón a cada una de las víctimas» y prometió que «si hay nuevas víctimas no habrá silencio».

La presidenta de las órdenes religiosas calificó los abusos de «crímenes contra la humanidad de naturaleza íntima» y concluyó con una cita del escritor católico Georges Bernanos, autor de «Diario de un cura rural»: «La esperanza es una determinación heroica del alma y su forma más elevada es la desesperación superada».

En el preámbulo de la presentación tuvo la palabra François Devaux, presidente de la asociación de víctimas ya desaparecida, La Palabra Liberada. Ofició de fiscal. «Ustedes, miembros de la comisión, regresan del infierno», dijo a los expertos que se sumergieron en el drama. Elogió el valor del trabajo hecho «mirando a la fosa común de las almas rotas por lo más abyecto» del ser humano.

Pero incidió en la «responsabilidad de la Iglesia que hasta ahora no había sido capaz de reconocer (…) ni obispos ni el Papa (…) no sólo «delitos y crímenes sino lo que es aún más grave, la traición, traición al evangelio, traición a los niños que le fueron confiados » (…) en una «terrible mecánica de un sistema de tal amplitud y profundidad que hace necesario un [concilio] Vaticano III». Juzgó que la Iglesia tiene por delante «una tarea abismal». Y tras reclamar que la Iglesia satisfaga las indemnizaciones debidas sin remolonear, concluyó repitiendo, sílaba a sílaba: «us-te-des-de-ben-pa-gar-por-to-dos-sus-crÍ-me-nes».

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