Mujeres y menores: así es el perfil de las víctimas de la violencia sexual digital en España
La Sexta.- caso de la discoteca Waka de Sant Quirze del Vallès, donde una menor fue grabada el 23 de diciembre sin su consentimiento haciendo una felación en mitad de la pista de baile, es solo un ejemplo de vídeos de contenido sexual que se hacen virales por redes sociales. De hecho, seis días después, las imágenes todavía están en circulación.
Alba Alfageme, psicóloga especializada en violencia sexual, destaca que la educación sexual de los menores y de la sociedad es fundamental para atajar esta cuestión. «Es evidente que se trata de un problema estructural cuando la población, en vez de hacer de cortafuegos para proteger a la menor, ha actuado como correa de transmisión», ha señalado.
El 97% de los agresores son hombres
Según el último informe del Ministerio del Interior en 2021 sobre los delitos contra la libertad e indemnidad sexual, el 84,6% de las víctimas que han sufrido ciberdelincuencia sexual son menores, y el 72% son mujeres. Además, este tipo de delitos han crecido un 12%, hasta los 2.029 hechos denunciados, el doble de lo registrado en el 2014. Y en cuanto al perfil del agresor, el 97% son hombres y el 86% tienen edades comprendidas entre los 18 y los 30 años.
En este contexto, una joven cuenta que recibió unas fotos de «unas partes íntimas» sin haberlas pedido «y fuera de contexto». Se trata de uno de los tantos testimonios que nos encontramos entre menores y adolescentes. «Me envió una foto, y al abrirla me encontré que era una foto íntima suya, pero yo no se la había pedido», denuncia la joven.
En este sentido, Selva Orejón, experta en ciberseguridad, indica que cada vez son más frecuentes los casos de ‘Sexting’ (difusión del contenido sexual sin consentimiento): «Suelen producirse entre personas que se conocían de antes o que se conocen a través de una red social de citas», explica, a lo que añade que «tenemos que ser precavidos a la hora de mantener este tipo de relaciones cibernéticas». «Por ejemplo, si nos hacemos algún tipo de vídeo, que no se nos vea la cara, que no nos puedan identificar», subraya.
Asimismo, Prejón destaca la importancia de «no culpabilizarnos» si somos víctimas de un caso de ‘Sexting’. «No tenemos que vivir en un mundo coartando lo que debamos o no hacer, en función de una serie de desaprensivos», defiende al respecto.
Compartir cualquier vídeo de contenido sexual puede suponer una multa de hasta 1.000 euros, y si se graba y se sube a las redes sociales, la multa asciende a entre 3.000 y 6.000 euros. Además, cabe destacar que esto también supone un delito de revelación de secretos, con penas de prisión que van desde uno a cuatro años.