País Vasco, pionera en adoptar una estrategia integral contra la violencia en la infancia y la adolescencia
ABC.- «Hay gente que no acepta que seas diferente, y solo por eso ya te machaca». «Cuando pides ayuda si no te atienden es otro mazazo». «Lo mejor es grabarlo para que luego te crean, porque si no, una persona adulta igual no te cree». Son testimonios de la campaña ‘No más juguetes rotos’ con la que el Gobierno vasco ha puesto hoy en marcha su estrategia integral contra la violencia hacia la infancia y la adolescencia, aunque bien podría ser el testimonio de los 1.459 menores que según datos de la Ertzaintza fueron víctimas de algún tipo de violencia en el año 2020.
Existe de hecho en la Comunidad Autónoma Vasca una cierta preocupación por el incremento que están experimentando estos delitos contra menores de edad.
Entre todos ellos destacan los casos de violencia intrafamiliar, que supone un 45,5% de los casos. Sin embargo, también ha experimentado un crecimiento notable de casos la violencia hacia menores por parte de sus parejas o exparejas, que ya suponen un 25% de este tipo de delitos o los casos de violencia sexual que han escalado hasta el 24,2%. Tanto es así, que el Servicio de Atención a la infancia y la adolescencia del Gobierno vasco batió su propio récord de llamadas en el año 2020.
Son datos preocupantes que han llevado a la consejería de Igualdad, Justicia y Políticas sociales a elaborar un protocolo de actuación que desde hoy convierte al País Vasco en la primera comunidad autónoma en contar con una estrategia integral contra la violencia hacia la infancia y la adolescencia. Beatriz Artolazabal, consejera del área, ha destacado que se trata de una herramienta «pionera» que no existe en «ninguna comunidad autónoma» y que únicamente se ha implementado en uno «pocos» países europeos.
El plan contempla un total de 44 acciones con las que se pretende dar respuesta a 53 líneas de actuación que se han agrupado en torno a cuatro ejes. En un primer nivel se trabajará en la prevención. Cuando esta falle, en un segundo nivel, los esfuerzos se centrarán en la detección precoz de los casos de violencia, y en un tercer nivel se desarrollará un sistema de atención integral que evite una doble victimización. En paralelo, se pondrá en marcha un plan de formación que permita identificar cuanto antes las diferentes formas de violencia contra menores.
La casa de los niños
Todo ello se articulará mediante cursos y talleres de formación, la realización de encuentros profesionales o la puesta en marcha de programas de prevención. Aunque la mayor novedad pasará por la implantación del modelo experimental Barnhaus que promueve Save de Childern. Significa ‘Casa de los Niños’ en islandés y lo que busca es integrar todos los departamentos que intervienen en un caso de abuso sexual a menores en un mismo lugar. Se trata de crear un entorno de confianza lejos de comisarías y hospitales, con decoración adaptada a su edad, para que así los niños puedan relatar una experiencia tan traumática en un entorno algo más confortable.
Es decir, una vez interpuesta la denuncia un forense se entrevista con los menores en este lugar. Esa entrevista se graba y todos los agentes involucrados en el proceso pueden visionarla a través de un circuito cerrado. De esta manera, todos los procedimientos se concentra en un lugar menos hostil para las victimas. Save the Children destaca además, que el sistema permite que el niño sólo tenga que revivir una vez lo ocurrido, facilitando así su recuperación.
Y es que, uno de los principales problemas para intervenir de manera precoz es que este tipo de violencia tiende a permanecer oculta. El miedo a las represalias o a sentirse estigmatizado hace que muchos casos no se denuncien. La consejera Artolazabal espera que la puesta en marcha de esta nueva estrategia integral sirva para «aflorar» nuevos casos y atajar así una de las peores formas de «violación de derechos humanos contra la población más vulnerable de cualquier sociedad».