Semenya llevará su caso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos
La Vanguardia.- Sus abogados alegan que “no es aceptable exigir a mujeres negras, o a cualquier mujer que se someta a cirugías invasivas o a tratamientos hormonales antiéticos”
La bicampeona olímpica sudafricana Caster ha anunciado este martes que acudirá al Tribunal Europeo de Derechos Humanos en su lucha contra la Federación Internacional de Atletismo (World Athletics). Sus abogados consideran “discriminatoria” la postura de este organismo sobre los niveles de testosterona en las pruebas femeninas en las que es especialista.
“El creciente número de instituciones que han mostrado su apoyo a la señora Semenya ratifica que no es aceptable exigir a mujeres negras, o a cualquier mujer que se someta a cirugías invasivas o a tratamientos hormonales antiéticos, que restrinjan funciones biológicas naturales para competir”, recalcan en un comunicado.
El mensaje asegura que tanto la corredora como sus abogados mantienen, con “espíritu indomable”, la determinación de plantar cara a la “discriminación”. En ese sentido, agradecen el apoyo institucional recibido en los últimos meses, especialmente desde Sudáfrica y el resto del continente africano, y esperan que ello sirva para que World Athletics vea “el error” que ha cometido y revierta su decisión. “El apoyo popular -añaden- cuenta mucho para ayudar a mostrar que las reglas de World Athletics van contra el interés público”.
La atleta y sus abogados animan a todo el mundo a “ayudar a crear un mundo más igualitario” mostrando su apoyo a Semenya, tanto con mensajes en las redes sociales como presionando a sus instituciones locales para aplicar los “valores de los derechos humanos”.
Se trata del tercer intento de Semenya de tumbar la polémica normativa con la que la Federación Internacional de Atletismo limita el nivel de testosterona en las pruebas en que ella es especialista. Según estas reglas, las atletas están obligadas a mantener los niveles de testosterona por debajo de los 5 nanomoles por litro durante un periodo continuado de al menos seis meses para competir en pruebas de entre 400 metros y una milla (unos 1.600 metros). De no hacerlo, las atletas “con disfunciones en su desarrollo sexual”, como las describe World Athletics, debían tratarse médicamente, cambiar de prueba o competir como hombres.
En los más de dos años transcurridos desde el anuncio de la normativa, la corredora sudafricana ya perdió un proceso ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) y un recurso posterior ante la Justicia ordinaria de Suiza (país donde tiene su sede el TAS). Semenya, muy querida en su país y en África, alega que la normativa es discriminatoria, que viola la ética de la medicina y que atenta contra los derechos humanos.