Solidaridad frente a la aporofobia
Diario.es La entidades sociales más cercanas a las personas vulnerables coinciden en que la sociedad en general está reaccionado ante los problemas que sufren ciertos colectivos por el coronavirus con sentimientos de solidaridad y no de exclusión o de aporofobia ante protagonismos involuntarios como los que están teniendo los “sin techo”.
No obstante, también advierten de que estamos “solo al principio” y que es fundamental que se vayan resolviendo algunas situaciones puntuales generadas por la declaración de estado de alarma para evitar que una crisis sanitaria pueda terminar en una «crisis social».
“Es verdad que hay un movimiento generalizado de solidaridad, pero también estamos viendo algunas situaciones vinculadas a la aporofobia que está generando el puro miedo de los algunos ciudadanos”, explica a EFE, Carlos Susías, presidente de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español (EAPN-ES).
Por ejemplo, relata que este martes se ha producido una de esas situaciones en Sevilla, cuando un ciudadano ha llamado a la Policía Local para denunciar que había cinco personas concentradas frente a una oficina que estaba repartiendo el talonario de manutención que esas familias tienen derecho por su situación de asilo.
“Seguro que si ves algo raro de un vecino, la manera de valorarlo es diferente a si son personas en exclusión social”, añade el responsable de esta organización que engloba a más de ocho mil entidades sociales en España.
Por ello, el responsable de esta red reclama que se reconozca “como de interés esencial” el trabajo de las entidades sociales para que pese al estado de alarma puedan seguir desarrollándolo “con todas las garantías sanitarias y de manera efectiva en la atención de esas personas de especial vulnerabilidad, porque sin ellos, la gente se queda sin nada”.
Además pide que se solucionen problemas, como los que están teniendo algunas familias que no les están pagando los cheques de manutención, siguiendo las instrucciones dictadas a los bancos sobre las gestiones urgentes ante esta situación excepcional.
“Es importante el liderazgo del Gobierno que debe aplicar medidas para todas las personas y sobre todo para las personas con mayor vulnerabilidad porque todo lo que sea haga en esa dirección redundará en la recuperación del país”.
Desde Hogar Sí, antes conocida como Fundación RAIS, dedicada a la ayuda a las personas sin hogar, también destacan a Efe que no han tenido hasta el momento conocimiento de ningún caso de aporofobia tras las medidas acordadas por el Gobierno para proteger a las más de 30.000 personas que no tienen un domicilio donde pasar el aislamiento por el coronavirus.
«Hemos recibido ofrecimiento de personas y de empresas de colaboración en lo que sea necesario, la sociedad española salvo algunos energúmenos es solidaria y entiende que entiende que estas personas tienen un grave riesgo para su salud y para sus vidas por su situaciones complicadas», asegura el director de Hogar Sí, José Manuel Caballol.
Es pronto para valorar la aplicación de las medidas que eran urgentes, apunta. «Estas personas han vivido durante días situaciones de desorientación, en la calle no tienen la información; ellos ven cómo los espacios que utilizan se han ido cerrando, como los bares donde se lavan o se compran un bocadillo, pero no saben más». «Han pasado momentos muy difíciles y además han dejado de recibir la visitas por las noches de los voluntarios, no entendían nada, han pasado mucho miedo».
Cuando se supere esta situación, el responsable de la ONG considera que «habrá que replantearse si el modelo para atender al sinhogarismo, que deja en la calle a más de un tercio de las personas, es el adecuado».
Desde el Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra opina que las medidas acordadas por el Gobierno están despertando solidaridad hacia esas personas vulnerables. “Es percibido con lástima su situación, con mucha pena”, eso es al menos lo que hemos visto en redes sociales. “La ciudadanía en general está muy solidaria, vemos los aplausos a los sanitarios y toda esa emoción se contagia; es el valor de la solidaridad”.
Para Ibarra, “esta coyuntura está poniendo a la gente en espíritu de unidad”. “No nos vemos unos contra otros, ni de momento se ve que nadie busque un chivo expiatorio”, añade .
“No se lo pasara en el futuro, pero ahora todo el mundo se identifica con todos, se tiene empatía y se entiende que alguien salga a cantar en su balcón; pero el miedo al encierro prolongado también puede desatar peleas” en el futuro.
Ana Rodrigo