Sólo una de cada cinco universidades ofrece actividades deportivas para estudiantes con discapacidad
El estudio «Práctica deportiva de universitarios con discapacidad: Barreras, factores facilitadores y empleabilidad», ha contado con la participación de 42 universidades de 15 comunidades autónomas y 417 estudiantes con discapacidad.
Entre sus conclusiones, más del 90% de los entrevistados entiende relevante la práctica de actividad física y deportiva por parte de los estudiantes con discapacidad, pero solo el 35,6% de los servicios de deportes universitarios dice tener experiencia en actividades para este tipo de alumnos.
Además, el 28,2% de los servicios de apoyo y el 20,6% de los servicios de deportes no se considera preparado para dar respuestas a las necesidades del colectivo en relación a actividad física y deportes.
En la misma línea, el estudio señala que la oferta de modalidades de práctica deportiva específica o inclusiva es «escasa o testimonial»y que el 95,1% de los estudiantes afirma no participar en actividades deportivas universitarias de competición.
Las modalidades deportivas más practicadas entre los alumnos con discapacidadque sí hacen ejercicio físico en la universidad son natación y actividades acuáticas, actividades dirigidas como spinning, yoga, pilates, aerobic, actividades de sala o gimnasio y running.
Barreras para el deporte
El estudio analiza la realidad de la práctica deportiva de los alumnos universitarios con discapacidad e identificar tanto las barreras que limitan su participación en actividades físicas, como los factores que la facilitan, y ofrece, además, una serie de recomendaciones y políticas de actuación para mejorar el acceso al deporte universitario del estudiante con discapacidad.
Entre las principales barreras que según este estudio dificultan la práctica deportiva por parte de alumnos con discapacidad en el ámbito universitario figuran la falta de oferta o la dificultad de muchos centros para ofrecer actividades para un número reducido de estudiantes con discapacidad, así como de iniciativa de los servicios de deportes; deficiente difusión y comunicación entre servicios, presencia de estereotipos y actitudes negativas; mala accesibilidad en las instalaciones deportivas; carencia de formación entre los profesionales, y falta de recursos.
En el lado opuesto, el trabajo menciona factores facilitadores que mejoran la realización de ejercicio físico por parte de este alumnado, tales como predisposición del personal, colaboración con entidades externas e incentivos, becas deportivas o exención de tasas.
Los autores del estudio afirman que «la colaboración entre los servicios de apoyo al estudiante con discapacidad y los servicios de actividad física y deportes, unido a una política universitaria decidida y sin complejos en la materia, se torna imprescindible para garantizar la igualdad de oportunidades«.
Desde esta perspectiva, ofrecen al final del trabajo una serie de recomendacionespara aumentar y mejorar la práctica deportiva de los alumnos con discapacidad dentro de la universidad.
Entre ellas figuran las de incrementar la oferta de actividades y las oportunidades de participación, acordar una estrategia local, autonómica y nacional de deporte universitario de competición, facilitar el acceso y la diseminación de la información, la formación de gestores y profesionales en relación al deporte universitario para personas con discapacidad y aumentar la dotación de recursos humanos.