Un centenar de menores inimputables ya, en busca de otra oportunidad
El Mundo.- La Fiscalía de Madrid despidió 2024 con unos datos preocupantes, por cuarto año consecutivo: el aumento de delitos con menores implicados. Sobre todo en las agresiones sexuales y en las amenazas, un 40% y un 12% más, dos conductas en las que enfocó en particular su memoria de 2023, así como en el incremento de las causas con implicados de edades inferiores a los 14 años, aquellos inimputables penalmente. Frente a los 2.259 detenidos del año 2022, el número subió a 2.770 en 2023. De hecho, traspasada esa barrera del límite mínimo de responsabilidad penal marcada por la Ley Orgánica 5/2000, de los 6.926 menores entre 16 y 18 años arrestados en 2023, justo la franja que registró el mayor número de incidencia delictiva, resultó que para un 4.065 de ellos no se trataba ya del primer arresto.
Por ello, ante tan tempranas edades en España con historial delictivo, la institución lanzó dos claves: «La profunda reflexión sobre nuestro modelo social que, muy seguramente, ha de ser revisado con urgencia en pro de dotarles de los instrumentos precisos para su correcto desarrollo», destacó, y que «las políticas orientadas a la prevención serían la mejor de las fórmulas para un mayor éxito en la ardua tarea de formar menores y jóvenes con perspectivas adecuadas de futuro».
Justo el área a la que, desde 2019, da respuesta la Federación de Plataformas Sociales Pinardi, en un proyecto pionero bajo la tutela de la Consejería de Familia, Juventud y Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid, para esos niños de menos de 14 años que hayan cometido algún acto ilícito contemplado en el Código Penal, pero que no pueden ser intervenidos por la Justicia. Y en la que han cumplido un hito: 100 menores infractores son ya los que ha amparado este recurso público y voluntario, en busca de una nueva vida.
En Pinardi procuran atajar las conductas violentas, con una resolución preventiva y educativa, que abarque todas las esferas vitales -individual, familiar y social-, de estos niños y preadolescentes implicados en graves problemas. Desde el tratamiento psicológico o el seguimiento educativo, en coordinación con Salud Mental, Educación, Servicios Sociales o la propias familias, hasta actividades alternativas de ocio, cultura y tiempo libre, conducidas por el equipo multidisciplinar de profesionales de la propia organización (psicólogos, educadores sociales…).
RECONDUCIR LA CONDUCTA
De manera que, en paralelo, el menor pueda reconocer sobre qué obró erróneamente, responsabilizándose de sus actos, y se repare moralmente y se reconduzca, también desde el cambio de sus hábitos y la mejora de su autoestima, de la gestión emocional o de la comunicación personal y familiar.
«Sobre todo, sin que se sientan cuestionados o juzgados, sino protagonistas de su propio desarrollo», aclaraba a GRAN MADRIDJosé Carlos Rodríguez, el coordinador del programa, que ya en su presentación también destacaba: «Cuando un menor de 14 años delinque está lanzando un mensaje claro: necesita ayuda porque algo no funciona», pues «al final estas personas son más víctimas que otra cosa».
Según la magnitud y peculiaridades de lo ocurrido, una comisión decide qué casos deben ser derivados a este programa de reeducación, que se gestiona desde la Dirección General de Infancia, Familia y Fomento de la Natalidad, junto a Pinardi. Por lo general, se abordan situaciones relacionadas con hurtos o robos, bandas juveniles, actos violentos y acoso escolar, tras los cuales, según incide la propia Pinardi, «la tasa de éxito de reinserción es cercana al 100%».
Un ejemplo de eficacia, que se complementa con las cifras de la última memoria anual de la Agencia para la Reeducación y la Reinserción del Menor Infractor (ARRMI): el número de menores infractores atendidos en centros de la CAM descendió en 2023 en un 7,5%, de los 2.216 de 2022 a 2.049. También lo hizo en la mayoría de los tipos de delitos, como el del atentado contra la autoridad, que cayó un 33%. Pues hay segundas partes a las que sí les espera mejor final.
