Un salón social del Holocausto
las Provincias.- Auschwitz. Una fundación quiere recuperar el ajado gran comedor de las SS, donde los soldados que exterminaron a más de un millón de judíos pasaban sus ratos de ocio
Con el fin de que no caiga en el olvido este «epicentro del Holocausto», una fundación polaca va a restaurar el gran comedor donde los guardias de las SS del campo de exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau iban a distraerse tras sus jornadas repletas de crímenes. Los miembros de esta unidad nazi iban allí a comer, a beber o para asistir a ceremonias, conciertos y fiestas, cuenta Dagmar Kopijasz, uno de los promotores del proyecto de restauración.
«Este edificio fue el centro de la vida familiar y personal de las SS, les servía de lugar donde venían a olvidar su trabajo, que era matar a gente», comenta Kopijasz, que recuerda a AFP que en este enorme campo, ubicado en el sureste de la Polonia ocupada por el Tercer Reich, entre 1940 y 1945 fallecieron 1,1 millones de personas, en su mayoría judíos, exterminados en cámaras de gas o muertos de hambre o de agotamiento.
La Fundación ‘Lugares de la memoria auxiliar de Auschwitz-Birkenau’, creada en 2013, trabaja para rescatar del olvido los objetos y los edificios vinculados con la historia del Holocausto. Construido en marzo de 1942, este antiguo comedor se encuentra a 400 metros del célebre portón con la inscripción ‘Arbeit macht frei’ (El trabajo hace libre) que da entrada a la mayor fábrica de muerte de la Segunda Guerra Mundial. No era el único comedor en Auschwitz-Birkenau, compuesto por tres campos principales y cerca de medio centenar más situados en varios kilómetros a la redonda, pero sí el principal.
Tras la guerra, esta edificio de madera en forma de cruz con una gran sala central y otras dos piezas laterales que podía albergar a 4.000 personas se convirtió en un almacén de cereales antes de deteriorarse hasta convertirse en una ruina. Aún «puede salvarse» y «los proyectos de su restauración ya están listos», dice Kopijasz.
Un muro «de la vergüenza»
«Desde un punto de vista histórico, el antiguo comedor da una visión sobre la vida social del personal del campo», declaró Pawel Sawicki, portavoz del museo de Auschwitz. El memorial encargado de preservar el sitio del antiguo campo de extermino nazi está dispuesto a «ayudar en este tipo de iniciativas con su competencia científica y sus archivos», asegura.
Según Kopijasz, una vez restaurado, el gran edificio podrá recibir ceremonias oficiales sobre la historia del campo. También baraja la idea de construir un «muro de la vergüenza» en el interior, donde expondrá los nombres de los SS identificados, «quizá con sus fotos». Esto podría completar, cree, el mensaje de memoria enviado desde Auschwitz, «recordando la banalidad del mal en este antiguo campo de la muerte».
«Se ha reducido la imagen del nazi a la de una bestia salvaje que no hacía más que matar, pero no es toda la verdad. Era también una persona común, un profesor, un comerciante, prácticamente ‘nuestro vecino’ el que cometió estos crímenes y hay que recordarlo», defiende Kopijasz.