Una menor de 13 años denuncia por acoso a uno de sus profesores en un colegio de Palma
Cronica Balear.- «Tuvieron que pasar cuatro días para que nuestra hija nos lo contara». Es el testimonio de una madre que vive con malestar e incertidumbre el transcurso de los días desde que el pasado 21 de octubre su hija, de 13 años, se enfrentase a un presunto episodio de acoso sexual por parte de uno de sus profesores. La investigación de los hechos se encuentra en manos de la Policía Nacional. Mientras se esclarece lo sucedido, la progenitora quiere alzar la voz y hacer visible su historia para que otras madres y padres no tengan miedo a la hora de denunciar situaciones similares.
«No sabemos qué hacer ni qué pasos dar. La impotencia es tremenda«, explica, visiblemente afectada. Según su denuncia, a la que ha tenido acceso Crónica Balear, el suceso se produjo sobre las 13.00 de un jueves en el colegio Sant Josep Obrer de Palma, donde estudia la menor, mientras ésta se encontraba en clase de tecnología, impartida por el docente. En un momento dado, y tras un incidente entre varios de los alumnos, el profesor instó a la niña a que lo acompañase al aula de convivencia.
Sin embargo, en ningún momento llegaron a presentarse en el aula en cuestión. En un rincón del pasillo, mientras profesor y alumna se encontraban solos, el hombre supuestamente la agarró de la muñeca al tiempo que, con la otra mano, comenzó a estirarle del pelo y a acariciarle la cara.
De acuerdo con el relato de la menor, ésta le pidió con insistencia que parase, a lo que el docente hizo caso omiso para, a continuación, cogerla de la cintura. En ese instante, la menor le levantó la voz, gritándole que detuviera sus actos. Tras ello, el profesor la condujo de nuevo al aula, agarrándola nuevamente de la cintura –pese a la oposición de la estudiante-. El docente decidió soltarla en el momento en que otro profesor hizo acto de presencia, sin que, al parecer, éste se percatase de lo sucedido.
La madre decidió acudir al colegio para pedir explicaciones por lo ocurrido. Le dijeron que había cámaras pero le denegaron acceder a las imágenes. Tras ello, madre e hija se dirigieron a dependencias de la Conselleria de Educación y Formación Profesional, donde les informaron de que llevarían a cabo una investigación. Según la denuncia, les manifestaron que el IES debía haberles enseñado las imágenes y que, si así era su deseo, ejerciesen las medidas que considerasen oportunas. Ese mismo día se personaron en comisaría para denunciar los hechos.
La madre lamenta que desde el colegio no se hubieran puesto en contacto con ella y su marido para poner los hechos en su conocimiento: «¿A qué extremo hay que llegar para que nos lo comuniquen a los padres? Si ella no explota el domingo [cuatro días después del suceso] no nos hubiéramos enterado de nada».
«Se puso a llorar desconsoladamente y me dijo: ‘Mamá, perdóname que hay algo que no te he contado, espero que no te enojes‘. Y me contó lo que había pasado, que el profesor la puso contra la pared y empezó a acariciarla«.
Según explica, al día siguiente mantuvieron una reunión con los responsables y una psicóloga del centro: «Se contradijeron con lo que le habían dicho a mi marido«. Y es que, tras tener noticia de lo sucedido, el padre de la alumna se dirigió al colegio para pedir explicaciones y, según señala, le comentaron que había otros dos casos sospechosos de acoso. Sin embargo, la progenitora afirma que en la reunión «negaron que hubieran dicho eso y que habíamos malinterpretado sus palabras«.
“MI HIJA NO QUIERE RETIRAR LA DENUNCIA”
Aunque -añade- en el Instituto han decidido cambiar de clase al profesor hasta que los hechos se esclarezcan, su hija «no quiere ir al colegio, se siente muy mal y además tiene que seguir cruzándose con él». Quiere, incluso, cambiar de colegio «aunque no vuelva a ver a los mismos compañeros, con los que estudia desde que eran pequeños». De hecho, su familia ya ha comunicado el cambio. Lo prefiere antes que retirar la denuncia, porque asegura que no miente. «No quiero perder mis estudios por una cosa así», le transmitió a su madre.
Relata, además, que al parecer hay otra niña a la que el profesor «le ha tocado los pechos. A otra, el culo. Pero sus padres tienen miedo y no quieren denunciar». La madre ve necesario que, en circunstancias como la de su hija, los hechos se pongan en conocimiento de las autoridades policiales. «¿A qué hay que esperar? ¿A que les toquen más, como ha pasado en La Salle?», se pregunta.
Esta semana, la Policía se puso en contacto con la menor. Le comunicaron que tenían en sus manos las grabaciones de las cámaras del colegio y que en ellas «se ve cómo la lleva y la pone contra la pared. Se la ve llorando, como enfadada. Pero dicen que no se oye lo que dicen y por protección de datos no nos las pueden dar». Para más ‘inri’, añade la progenitora, un profesor acudió a comisaría a atestiguar que no había visto nada extraño y que vio a la niña dentro del aula de convivencia cuando el docente le dijo que la acompañara.
«Mi hija dice que es mentira porque el aula estaba cerrada y no llegó a entrar en ningún sitio. No le vio nadie. Solo estaban sus compañeros al girar el pasillo y uno de ellos se acercó a ella al escuchar sus gritos. Es la impotencia y rabia que tenemos». Cuando insiste a su hija sobre lo ocurrido, ella responde enfadada y sin dejar de llorar: «Te juro que ocurrió así«.
Tras hablar con la inspectora de la Conselleria de Educación, ésta les recomienda que siga yendo al colegio y que, en la medida de lo posible, intente continuar en el mismo instituto: «Estuvo una semana sin ir, si no la obligo está mal, y si la obligo, también. No sabemos qué hacer ni qué pasos dar. Es la primera vez que nos pasa y esperamos que la última».
EL COLEGIO ASEGURA QUE CUMPLE LOS PROTOCOLOS
Desde el colegio, sin embargo, aseguran no tener constancia de lo sucedido. «Me sorprende que una familia se ponga en contacto con un medio de comunicación sin nosotros tener constancia de nada», asevera el director del centro educativo.
«Nosotros siempre seguimos todo el procedimiento como toca y, si tenemos constancia de algún hecho en ese sentido, la vía de la administración educativa es la vía judicial. Lo tenemos clarísimo como centro«, añade el responsable del IES, que incide en que, desde el instituto, «no entramos en rumorología por la seriedad propia del centro. En esto, como en todo, tolerancia cero tanto por una parte como por la otra».
Sobre los protocolos a seguir, explica que dependen de si un determinado hecho se produce en Infantil y Primaria o ya en Secundaria, aunque siempre incluye una entrevista con el alumno, con la familia, con el profesor y con inspección. «Y a partir de ahí, se pone a disposición judicial si hay que ponerlo y que se determine la verdad de los hechos, como no puede hacer de otra forma».
Por su parte, fuentes de la Conselleria de Educación y Formación Profesional señalan que, de producirse este tipo de situaciones, se prioriza «por encima de todo la protección y el derecho del menor«. «Los centros disponen de protocolos para atender todo tipo de casos, abusos, acoso, desprotección…, y los ponen en marcha normalmente». Desde el departamento dirigido por Martí March informan de que, en caso necesario, las familias también pueden contactar con el Instituto para la Convivencia y el Éxito Escolar (Convivèxit) para que les pueda asesorar de forma más concreta.
Convivèxit fue puesto en marcha con el objetivo de prevenir y fomentar la convivencia positiva, asesorar a la comunidad educativa en caso de conflictos, coordinarse con instituciones y entidades que trabajan la convivencia, comunicar y difundir información y recursos para la mejora de esa convivencia, elaborar y difundir la normativa relativa a este aspecto y evaluar la convivencia escolar en los centros de las islas.