Uno de los pederastas más buscados del mundo llevaba una doble vida como militar en Gijón
El Periódico.- La filtración en la red de las fotos de sus abusos a una niña de 5 años permitió a la Policía atrapar a otro depredador sexual en Gandía
Uno de los dos pederastas más buscados del mundo y detenidos en España llevaba una doble vida como militar en Gijón, a donde le destinaron procedente de la provincia de Alicante, según publica ‘La Nueva España’, diario del grupo Prensa Ibérica.
Joven, nacido en 1989, opositaba a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y tenía una imagen pública ejemplar a pesar de que había fotografiado los abusos que cometió contra tres niñas de su entorno, una de cinco años, en la Comunidad Valenciana. La Policía Nacional le detuvo en una operación que se saldó con un segundo arrestado, un pedófilo de Gandía (Valencia), que robó los vídeos que había filmado el primero y los difundió por la red para el consumo de otros usuarios.
Fue detenido a finales de octubre del 2018, tras un registro en su domicilio en el que los agentes descubrieron la cámara con la que fotografió a la menor, y no ha trascendido hasta ahora para no entorpecer otras investigaciones. Ahí pudieron constatar que el individuo había abusado de otras dos niñas de su círculo, a las que, supuestamente, realizó tocamientos y juegos subidos de tono. El acusado reconoció haber cometido los abusos y fotografiarlos, pero negó su distribución en la red, tal y como constataron los agentes. Revisando sus contactos, la Policía pudo identificar a una segunda persona, a la postre, el detenido en Gandía, al que el militar afincado en Gijón conocía de navegar por los foros en los que se distribuye pornografía infantil y al que consideraba «su mentor».
El otro arresto
El detenido en Gandía, también de 30 años y ya en prisión, era un reincidente pedófilo. No solo gozaba de gran prestigio en su círculo, sino que se jactaba de haber abusado sexualmente de las hijas de su pareja, a la que escogió porque procedía de un entorno desestructurado, lo que le permitía tener más contacto con las menores. Debido al ingreso en prisión de su chica, llegó a quedarse al cargo de las pequeñas, de ocho y once años. De ello se jactaba en los foros.
Las diligencias se llevaron a cabo en el domicilio de los padres del detenido, porque a ese lugar acudía con frecuencia. El registro fue minucioso y dada la experiencia del individuo costó localizar los 80.000 archivos de pornografía infantil que poseía en una memoria USB que a ojos de un profano parecía estar vacía, ya que el sujeto se valía de sus conocimientos informáticos para camuflar su rastro.
La pericia de los agentes valió para localizar todo el material, incluidas las imágenes que sustrajo al militar afincado en Gijón. Las robó tras acceder a su ordenador, porque, al ser material inédito, es un contenido muy apreciado por los pedófilos. Tras analizar el contenido de la memoria, los agentes determinaron que el arrestado abusó de otra niña más y que había imágenes de otras menores de la zona, que, sin ser explícitamente sexuales, denotaban obsesión hacia ellas.
Entre esos archivos, también estaba el ‘Manual del Pedófilo’, un documento de 170 páginas con claves para abusar de un menor haciendo que parezca un juego. El individuo está en prisión desde entonces y las menores bajo vigilancia. En el caso del militar afincado en Gijón, del que ni su pareja sospechaba, también se adoptaron medidas de protección sobre las menores de su entorno.