Violencia machista en la universidad: el 62% la sufre en algún momento
El Periódico.- En Europa, el 62% de las personas que forman parte de las universidades -desde estudiantes hasta docentes, personal investigador o administrativo- han sufrido en algún momento de su vida académica violencia o acoso machista. Así lo ha revelado María Bustelo, profesora de Ciencia Política y de la Administración de la Complutense (Madrid), en la conferencia para acabar con las violencias de género en la academia, organizada por el Ministerio de Universidades en Bilbao bajo el marco de la presidencia española de la UE, que ha puesto el foco en este tipo de acoso tradicionalmente silenciado y estructural que de un tiempo a esta parte ha empezado a romperse.
El estudio europeo -en el que han participado 45 universidades y se ha encuestado a 40.000 personas– incluye una definición bastante amplia de violencias de género. La categoría más frecuente es la violencia psicológica (57%), seguida de acoso sexual y sexista (31%), violencia económica (10%, entre la que se encuentra la discriminación salarial), violencia ‘online’ (8%), violencia física (6%) y violencia sexual (3%).
De todas las víctimas (62% de la comunidad universitaria europea), solo el 13% lo han puesto en conocimiento de las autoridades, ya sea en la propia facultad o denunciando por la vía judicial.
«Violencia normalizada»
Las profesora Bustelo ha dejado claro que las violencias machistas han estado, hasta ahora, “muy invisibilizadas” en la universidad. “Incluso normalizadas”, se ha quejado. “No estamos delante de un problema aislado sino de algo que forma parte de la propia estructura de las facultades”, ha añadido la profesora, que forma parte de UniSafe, proyecto europeo para investigar las violencias de género en la educación superior.
Las violencias y el acoso machista no es un fenómeno que solo ocurre de profesorado a estudiantes, sino que se da también “entre colegas y entre el personal administrativo”. “Se da en todas direcciones, aunque lógicamente, entre las víctimas hay más estudiantes porque también son el colectivo mayoritario», ha puntualizado la docente.
Mapeo institucional
“La buena universidad no es la que no tiene casos de acoso o violencia sino la que lo reconoce, lo visibiliza y lo trata de forma adecuada. Por eso, desde UniSafe tratamos de hacer no solo el diagnóstico del problema sino también un mapeo de las respuestas institucionales. Para eso, hemos entrevistado a víctimas y a testigos, que son parte fundamental porque, lejos de callarse, actúan y contribuyen a que no se siga invisibilizando la violencia.
Los datos españoles son bastante similares a los europeos. En 2018, se hizo un estudio en la Universidad Complutense -con una definición mucho más acotada de violencia de género- que reflejó que el 43% de los encuestados había sufrido algún tipo de acoso.
“No solo tenemos que mapear y entender el fenómeno. También debemos estudiar por qué es tan difícil tratarlo. En el proyecto europeo, hemos estudiado las resistencias de las universidades ante el reconocimiento del problema”, ha concluido la profesora.
Unidades de igualdad infradotadas
A juicio de la experta, una de las principales barreras para afrontar el problema es que las unidades de igualdad –obligatorias por la ley de universidades (Losu)– están “infradotadas”. “Es algo que clama al cielo. Puede haber mucha militancia y voluntad feminista, pero sin no hay recursos no se puede hacer gran cosa”.
Ofrecer a la persona que denuncia una protección integral es otro factor importante, lo mismo que no revictimizarla. “En toda Europa tenemos marcos legales muy garantistas que permiten que alguien denunciado pueda retrasar el proceso o contratacar de alguna manera”, ha concluido Bustelo.