Violencia machista entre menores: víctimas cada vez más jóvenes y más vulnerables
ABC.- La Fiscalía abrió el año pasado un 40% más de expedientes en Sevilla por esta conducta delictiva
María tiene que hacerse una fotografía todas las noches para que su pareja sepa que está camino de la cama y no con sus amigas en la calle. Si por un casual se le olvida o se le hace tarde delante de la tele, el móvil no para de vibrar. Al otro lado del teléfono, su novio no cesará en su empeño hasta conseguir esa imagen que guardará con intenciones nada nobles. Si algún día ella rompiera amarras, él las empleará para chantajearla a través de las redes sociales. María tiene sólo 15 años.
La violencia de género entre adolescentes ha aparecido como una de las manifestaciones delictivas que más ha crecido en el último año en Andalucía. Si en 2017 fueron 176 expedientes incoados por la Fiscalía, en 2018 la estadística roza los 200 asuntos tramitados por los fiscales de menores. De ese volumen de trabajo, más de la mitad corresponde exclusivamente a la provincia sevillana, donde se abrieron 118 de esos expedientes.
Ese análisis en forma de advertencia aparece en la memoria de la Fiscalía Superior de Andalucía, que en su última edición dedica un apartado específico a la necesidad de una detección precoz de esta conducta delictiva y a que la sociedad tenga en cuenta la verdadera dimensión del problema. «La violencia en las relaciones afectivas de los preadolescentes, adolescentes y jóvenes existe y en una magnitud mayor a la que la gente se piensa. Chicas que apenas han alcanzado la mayoría de edad y a quienes sus novios les ha convertido la vida en un auténtico infierno; ya sea por ser controladas con el móvil, por manipulación psicológica o agresiones físicas e incluso, sexuales».
La memoria de la Fiscalía apunta a una serie de factores que están influyendo en ese incremento de un delito que se relacionaba años atrás exclusivamente con la edad adulta. Uno de esos elementos tiene que ver con el uso de la tecnologías y las redes sociales que facilita el control y el abuso sobre las víctimas.
Muy relacionado con ese acceso a un mundo infinito de información a través de internet, está el aprendizaje de la «sexualidad a través de la pornografía», a la que pueden llegar a través de su teléfono móvil. El consumo de ese material, advierte la Fiscalía, lo trasladan a relaciones de dominio «que no son nada satisfactorias para ellas». Desde el Ministerio Público proponen poner el objetivo «en una educación sexual adecuada, basada en el respeto y la igualdad».
Con 13 años
A la Fiscalía le están llegando casos de víctimas muy jóvenes porque el inicio en las relaciones afectivas cada vez es más temprano. Esa circunstancia está favoreciendo que aflore este tipo de violencia. «Son niños sin la madurez suficiente para valorar la gravedad de sus actos o para percibir las primeras señales de que su pareja le está controlando». Una violencia que se ejerce contra víctimas cada vez más jóvenes y que se expresa de manera más agresiva, incluyendo la sexual.
Este análisis del Ministerio Público es compartido por el Instituto Andaluz de la Mujer, que tiene un programa específico de tratamiento para estas víctimas menores de edad. Es el único recurso público, a nivel andaluz, que atiende a este colectivo, ofreciéndoles asistencia psicológica para que no sólo alejen la violencia de sus vidas sino también las heridas que estas chicas llegan a interiorizar.
Sobre la precocidad de algunas maltratadas, el citado programa, que nació en 2012, ya ha atendido a niñas de hasta doce años, señalan desde el IAM. Hoy en día, el 35% de las menores que ingresan en el programa tienen menos de 15 años.
El incremento de casos que denuncia la Fiscalía también lo han detectado en este programa de la Junta, que en los seis primeros meses del año han atendido a un 20% más de jóvenes. En total, 176 chicas estaban recibiendo asistencia en el mes de junio a través de sesiones individuales y grupos terapéuticos. En ese periodo 28 chicas sevillanas acudieron a este recurso y desde que empezara a funcionar en 2012, 157 vecinas de esta provincia han iniciado la terapia.
En esas sesiones se descubrió el caso de María, controlada hasta el extremo por su novio. Una conducta que es recurrente en este tipo de agresores adolescentes. En estos siete años de vida que tiene el programa, los trabajadores que atienen a las chicas han ido detectando un aumento de la violencia sexual. Hoy en día, señalan responsables de este recurso, ya está presente en un 65% de las jóvenes que solicitan ayuda.
Desde la Fiscalía y el ámbito asistencial coinciden en poner el acento en la formación y educación de los más jóvenes, desterrando modelos emocionales en los que se valore la dependencia emocional y otros modelos de relación destructivos, transmitidos a través del cine y la televisión.